Terapia ocupacional iniciando el camino hacia la ocupación, cultura y derechos humanos

Terapia Ocupacional 23 No es preciso enumerar las actividades que si son Ocupación, y aquellas que no, pues estas dependen de cada sujeto que tiene una historia (social, cultural, económica, política, etc.) que permite de- terminar lo que es importante y lo que es superfluo. No hagas un listado de Ocupaciones para que las personas se encasillen en ellas; más bien, sé un facilitador para que sean ellas quienes respondan a su propio Ser. Tal vez sea útil hacer preguntas que faciliten la propia búsqueda de sentido, como las que hacemos en clases con estudian- tes que todavía están en ese proceso particular (véase actividad 1). La Ocupación no se configura como “un deber ser impuesto” (Ru- bio y Sanabria, 2011), más bien es un forma de hacer que evidencia un proyecto de existencia. ¿Será posible que nos pasemos esta existencia humana sin tener ni un indicio del por qué estamos aquí? Es posible. Y, sin embargo, creyendo que sabemos, nos afanamos en un hacer sin sentido con- virtiendo una vida de posibilidades, en una vida miserable y fútil. Puede que esa no sea la peor parte, si fuéramos individuos aislados y sin contacto social tal vez no sería un asunto problema, pero la mayoría de las veces estamos en colectividad, con familia y otras relaciones cercanas y especiales, y son ellos a quienes nuestro sin sen- tido también afecta. El miedo, la rabia, la tristeza, o la desmotivación (entre otros estados de ánimo) son como una onda expansiva que llega a todos con quienes tenemos contacto estrecho. Por supuesto que pueden existir muchas otras razones para una situación así, pero por ahora nos convoca la Ocupación con sentido, y es en torno a ese concepto que se ofrecen estas ideas para reflexionar. Mi recomendación, mientras parezcamos estar en este mundo de formas, sería comenzar a preguntarnos, al menos, qué nos moviliza en esta vida. La tarea puede resultar tediosa, pues implica hacerse preguntas que tal vez no quiero, o no puedo (por ahora) responder, algo así como “detenerse” a pensar e intentar escuchar ese pensa- miento profundo guardado en tu mente que sabe quién realmente eres. Pero es mejor comenzar hoy y, “al mal paso, darle prisa”.

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